El genocidio que está llevando a cabo Israel en Gaza ha generado una ola de solidaridad con el pueblo palestino por parte de muchos artistas de todo el mundo, que han expresado su rechazo a la ocupación, el bloqueo y el genocidio israelí. Sin embargo, esta postura no ha sido bien recibida por los lobbies de ideología sionista que acusan a estos artistas de antisemitas, boicoteadores o terroristas, y que han intentado silenciarlos o castigarlos por su opinión.
El caso más reciente es el de Roger Waters, el legendario cofundador de la banda de rock Pink Floyd, ha sido despedido por la discográfica BMG por sus constantes críticas al gobierno de Israel y su apoyo a la causa palestina. El músico, que lleva años defendiendo los derechos humanos y denunciando la ocupación y el apartheid israelí, ha sido víctima de una campaña de difamación y boicot por parte de grupos pro-israelíes que lo acusan de antisemita y de apoyar el terrorismo.
La noticia de su despido fue confirmada por la revista Variety, que citó una fuente anónima que aseguró que las opiniones “controversiales” de Waters eran el motivo de la decisión de la compañía, que tenía previsto lanzar una nueva versión del clásico álbum de Pink Floyd, The Dark Side of the Moon, regrabado por el artista. Sin embargo, el proyecto fue cancelado por el nuevo CEO de la discográfica, Thomas Coesfeld, que asumió el cargo en julio de 2023.
Waters ya había anticipado en una entrevista con el periodista Glenn Greenwald en noviembre pasado que BMG lo iba a “despedir”, y que su desvinculación era resultado de la presión de intereses pro-israelíes sobre Bertelsmann, la firma propietaria de la empresa. De hecho, BMG ya había sido involucrada en la cuestión a través de la Creative Community for Peace, una organización pro-israelí que busca combatir los que apoya a Palestina en el mundo del entretenimiento y que en julio de 2023 publicó una carta abierta dirigida a sus ejecutivos para solicitarles que “reconsideraran” su relación profesional con Waters.
Además, poco después del inicio de la ofensiva militar de Israel contra Gaza en octubre de 2023, que causó más de 30.000 muertos y decenas de miles de heridos palestinos, Bertelsmann emitió un comunicado en el que expresó su apoyo y su “solidaridad” con Israel.
Waters no es el único artista que ha sido censurado por su apoyo a Palestina, sino que se suma a una larga lista de actores, músicos, directores y escritores que han sufrido represalias, amenazas, boicots o difamaciones por su postura.
Otro de los casos más recientes es el de la actriz mexicana Melissa Barrera, que fue despedida de la película Scream VII tras publicar en Instagram mensajes en los que calificaba la situación de Gaza como un “genocidio y limpieza étnica”. La actriz, que había protagonizado las dos entregas anteriores de la saga de terror, recibió una ola de críticas y amenazas por parte de usuarios que la tachaban de antisemita y que exigían su salida del proyecto. Finalmente, la productora anunció que Barrera y la universidad habían acordado cancelar su participación de mutuo acuerdo.
Otra actriz que sufrió las consecuencias de apoyar a Palestina fue Susan Sarandon, que dejó de ser representada por su agencia de Hollywood UTA después de participar en una manifestación pro-palestina en Nueva York, donde dijo que “mucha gente tiene miedo de ser judía en estos momentos, pero ahora están empezando a comprobar qué se siente ser musulmán en este país”.
La veterana actriz, nominada al Oscar en cinco ocasiones, fue acusada de fomentar «el odio y la división» por sus declaraciones, y se quedó sin el respaldo de una de las agencias más poderosas de la industria cinematográfica.
Otro músico que ha sido censurado por apoyar a Palestina es el rapero Talib Kweli, que fue expulsado de la plataforma de streaming Spotify por incluir en su álbum una canción titulada “Free Palestine”. La canción, que critica la ocupación israelí y el apartheid, fue considerada como una violación de las políticas de contenido de Spotify, que prohíben el discurso de odio. El rapero acusó a la plataforma de ceder a la presión de los grupos pro-israelíes y de censurar su libertad de expresión.
La actriz Penélope Cruz y el actor Javier Bardem, junto con otros artistas españoles, firmaron una carta en 2021 en la que condenaban el “genocidio” de Israel contra el pueblo palestino y pedían el fin de la ocupación y el bloqueo. La pareja recibió duras críticas por su gesto, y algunos medios estadounidenses aseguraron que su carrera en Hollywood estaba en peligro.
El actor Mark Ruffalo, conocido por su papel de Hulk en el universo Marvel, ha sido uno de los más críticos con la política israelí y ha denunciado en varias ocasiones el sufrimiento del pueblo palestino. El actor ha recibido insultos y amenazas por sus declaraciones, y ha sido acusado de difundir propaganda antisemita.
La actriz Emma Thompson, ganadora de dos Oscar, fue una de las firmantes de una carta en 2021 en la que más de 600 artistas británicos se comprometían a no actuar ni exhibir su trabajo en Israel hasta que se respetaran los derechos de los palestinos. La actriz dijo que era una forma de protestar contra la “política de apartheid” de Israel.
Su gesto le valió el rechazo y la crítica de sectores pro-sionistas, que la acusaron de antisemita y de apoyar el terrorismo. Algunos medios israelíes la calificaron de “hipócrita” y “traidora”. También recibió amenazas de boicot por parte de algunos grupos que pedían que no se vieran sus películas ni se compraran sus libros.
Thompson no se dejó intimidar por las presiones y mantuvo su postura de solidaridad con los palestinos. La actriz recibió el apoyo de otros artistas que también se sumaron a la campaña de boicot cultural a Israel, como Ken Loach, Brian Eno, Roger Waters o Mark Ruffalo. Thompson dijo que su decisión era una cuestión de “conciencia” y que no tenía nada que ver con el odio a los judíos, sino con la defensa de los derechos humanos4.
Estos son solo algunos de los casos más conocidos de una larga lista artistas que han sido censurados por apoyar a Palestina, pero hay muchos más que han sufrido represalias, amenazas, boicots o difamaciones por su postura. Estos artistas han demostrado su valentía y su compromiso con una causa justa, y han pagado un alto precio por ello. Sin embargo, también han recibido el apoyo y el reconocimiento de millones de personas que comparten su visión y que agradecen su voz. Estos artistas son un ejemplo de que el arte puede ser una herramienta de resistencia, de conciencia, solidaridad y defensa de los derechos humanos.