Siguiendo con la comparativa entre la personalidad del profeta que se dibuja en base a los textos biográficos y los relatos, y la personalidad del Profeta que se desprende del honrado Alcorán, hoy nos centraremos en algunos aspectos, que bien pudieran parecer baladíes, pero no dejan de llamar la atención y encierran cuestiones de mucha relevancia.
Un Profeta ocioso y desenfrenado
Cuando juntamos determinados eventos que se atribuyen a Muhammad en dichos relatos, se nos presenta una persona con mucho tiempo dedicado a los placeres de la vida, casi sin tiempo para otra cosa. Con un apetito sexual desenfrenado, sin siquiera tiempo para la higiene.
Citaremos algunos relatos que patentan de forma muy explícita este aspecto de la personalidad. Por ejemplo este hadiz atribuido a Anas Ibn Malik, compilado tanto por Bujari (268) como por Muslim (309):
من طريق قتادة قال: حدثنا أنس بن مالك رضي الله عنه قال: كان النبي صلى الله عليه وسلم يدور على نسائه في الساعة الواحدةِ من الليل والنهار وهنَّ إحدى عشرة، قال: قلت لأنس: أوَكان يطيقُه؟! قال: كنَّا نتحدَّث أنه أُعطِي قوةَ ثلاثين. وقال سعيد، عن قتادة: إن أنسًا حدَّثهم: تسع نسوة
A través de Qutaada que dijo: nos comentó Anas Ben Malik, Dios esté complacido con él, dijo: El Profeta, la Azlá de Dios y sus saludos sean sobre él, hacia una ruta para mantener relaciones con sus mujeres en tan sólo una hora (se trata de un breve tiempo indeterminado, pueden ser algunas horas) ya sea de noche o de día, y ellas eran once. Dijo: Le dije a Anas: ¿podía soportar tal cosa? dijo: comentábamos que tenía la fuerza viril de treinta hombres. Y dijo Saíd, que dijo Qutaada, que Anas les dijo que eran nueve mujeres.
En la obra de Sahih Muslim, discípulo de Bujari, está recogido de esta manera:
عن أنس بن مالك رضي الله عنه: أن النبي صلى الله عليه وسلم كان يطوف على نسائه بغسلٍ واحد
Según Anas Bin Malik, Dios esté complacido con él: Que el profeta hacía una ruta para mantener relaciones sexuales con sus mujeres con una sola ablución.
Este último hadiz viene a decir, que cada vez que mantenía relaciones con una mujer no se acicalaba ni se bañaba, sino que iba a la siguiente mujer y así sucesivamente.
Independientemente de las contradicciones que pudiera haber entre relatos, uno se pregunta ¿Cómo sabía Anas Ben Malik que el Profeta mantenía relaciones con sus mujeres? ¿Se lo filtraban las mujeres? ¿Presumía el Profeta de sus relaciones sexuales ante sus compañeros? ¿O Anas Ben Malik espiaba a ese profeta mientras mantiene relaciones sexuales con sus mujeres?
Lo más curioso es que el relato dice que esta actividad de frenético apetito sexual la practicaba tanto de día como de noche, semejante a otros relatos que señalan actividades ociosas en el mismo sentido, es decir, que ocupan todo su tiempo. Y uno se pregunta ¿Cuánto tiempo le dedicaba a su misión profética? ¿Cuándo lidiaba con los problemas de su comunidad? ¿Cuándo enseñaba a sus discípulos y compañeros? ¿Cuándo compilaba el Corán? ¿Cuándo oraba o meditaba? y un largo etcétera.
En cambio el Honrado Alcorán nos describe un hombre que no está muy preocupado por los apetitos sexuales, su alma está más que entrenada y tiene suficiente autocontrol como para estar centrado en su principal labor por la que fue elegido, es decir, su misión como Mensajero de Dios. Requiere de mucho tiempo de estudio, lectura y meditación sobre las enseñanzas del Corán, y lo más importante, la puesta en práctica de dichas enseñanzas.
Durante el día había una actividad frenética con su comunidad y durante la noche tenía cita con el Corán. Además, este aspecto de la vida del Profeta viene dado como descripción y como orden en las aleyas del Corán. Hay dos azoras seguidas que reflejan de forma nítida esta actividad continua del Profeta en pro de su misión divulgativa, educativa y proactiva. La primera se llama Al-muzamil (73), que por alguna extraña razón han interpretado y traducido como «el arropado», cuando en realidad significa «El que asumirá una gran carga», es decir, está en proceso y preparación para sumir una gran carga o una gran responsabilidad. Y dice así:
يَا أَيُّهَا الْمُزَّمِّلُ (1) قُمِ اللَّيْلَ إِلَّا قَلِيلًا (2) نِصْفَهُ أَوِ انْقُصْ مِنْهُ قَلِيلًا (3) أَوْ زِدْ عَلَيْهِ وَرَتِّلِ الْقُرْآنَ تَرْتِيلًا (4) إِنَّا سَنُلْقِي عَلَيْكَ قَوْلًا ثَقِيلًا (5) إِنَّ نَاشِئَةَ اللَّيْلِ هِيَ أَشَدُّ وَطْئًا وَأَقْوَمُ قِيلًا (6) إِنَّ لَكَ فِي النَّهَارِ سَبْحًا طَوِيلًا (7) وَاذْكُرِ اسْمَ رَبِّكَ وَتَبَتَّلْ إِلَيْهِ تَبْتِيلًا (8) رَبُّ الْمَشْرِقِ وَالْمَغْرِبِ لَا إِلَهَ إِلَّا هُوَ فَاتَّخِذْهُ وَكِيلًا (9) وَاصْبِرْ عَلَى مَا يَقُولُونَ وَاهْجُرْهُمْ هَجْرًا جَمِيلًا (10)
¡OH TÚ, diligente responsable! (1) Mantente activo por la noche, salvo una pequeña parte (2) de la mitad de ella –o algo menos, (3) o añade algo más [a voluntad]; y [durante ese tiempo] estudia Alcorán pausada y claramente, con tu mente atenta a su significado. (4) Ciertamente, hemos de encomendarte un mensaje de gran peso – (5) [y,] en verdad, las horas de la noche dejan mayor impronta en la mente y hablan con voz más clara, (6) mientras que de día tus ocupaciones y responsabilidades son muchas. (7) Pero [tanto de noche como de día,] recuerda el nombre de tu Maestro, y conságrate a Él con total devoción. (8) El Maestro del este y del oeste: no hay más deidad que Él: atribúyele, pues, sólo a Él el poder de determinar tu destino, (9) y soporta con paciencia lo que digan [contra ti], y aléjate de ellos con un alejamiento discreto. (10)
En estas aleyas nos describen a un hombre en un proceso trascendental continuo, alguien que está en una continua preparación tanto mental, emocional, espiritual y psicológica, debido a que se le encomendará una enorme carga de responsabilidad, un Mensaje a toda la humanidad.
No observamos a un hombre ocioso y desenfrenado como narran los comentarios de los hadices y las biografías póstumas. En la noche hay una consagración al estudio y la meditación, y en el día hay responsabilidades enormes con su comunidad. Está en constante lucha dialéctica con la negación, la ignorancia y la hipocresía. No tiene mucho tiempo que perder y mucho menos tiempo para tales placeres desenfrenados.
En la siguiente Azora Al-mudazir (74), que a pesar de ser otra palabra diferente a Al-muzamil, por otra extraña razón han vuelto a interpretar y traducir como «el arropado», cuando realmente significa «El que ha asumido la carga». La diferencia con Al-muzamil es que ya no está en el proceso de preparación, sino que ya está preparado para asumir una carga de responsabilidad. Dicen esta aleyas:
﴿یَـٰۤأَیُّهَا ٱلۡمُدَّثِّرُ ١ قُمۡ فَأَنذِرۡ ٢ وَرَبَّكَ فَكَبِّرۡ ٣ وَثِیَابَكَ فَطَهِّرۡ ٤ وَٱلرُّجۡزَ فَٱهۡجُرۡ ٥ وَلَا تَمۡنُن تَسۡتَكۡثِرُ ٦ وَلِرَبِّكَ فَٱصۡبِرۡ ٧﴾
¡OH TÚ, que asumes la carga]! (1) ¡Levántate y advierte! (2) ¡Y ensalza la grandeza de tu Maestro! (3) ¡Y purifícate interiormente! (4) ¡Y abandona toda bajeza! (5) Y no eches en cara lo que des esperando obtener más, (6) sino sé paciente por amor de tu Maestro. (7)
De nuevo, un hombre entregado a la carga que ha asumido, en un constante proceso de purificación de su alma, su mente y sus actos. Con una tarea colosal, advertir a la gente mediante el Mensaje que le es revelado.
Las inclinaciones, preocupaciones y prioridades que tiene el Profeta del Corán poco tienen que ver con el otro profeta del que hablan los hadices y relatos biográficos póstumos. Son dos personalidades distintas, con diferentes inclinaciones, con diferentes prioridades y diferentes objetivos.
En los hadices nos hablan de un profeta que conquista tierras, toma esclavos y ansía las esclavas. En el Corán nos habla de un Profeta que vino a liberar a la humanidad de todo tipo de opresión y esclavitud y que no le están permitidos siquiera tomar los presos de guerra cuando sufre alguna invasión y ya no digamos tomar esclavos o esclavas.
En los relatos de la Sira o los hadices nos hablan de un profeta que cuando ve pasar una mujer no sólo no recata la mirada, sino que está tan descontrolado que se levanta inmediatamente a desfogarse con sus esposas. Mientras que en el Corán nos describe a un Profeta que carece de esposas conyugales, sino que cuenta con compañeras que se apoya en ellas en su misión y que han preferido abandonar los placeres de la vida a cambio de ser compañeras en el camino de la profecía, por eso Dios les dice que no son iguales que el resto de las mujeres.
يَا أَيُّهَا النَّبِيُّ قُل لِّأَزْوَاجِكَ إِن كُنتُنَّ تُرِدْنَ الْحَيَاةَ الدُّنْيَا وَزِينَتَهَا فَتَعَالَيْنَ أُمَتِّعْكُنَّ وَأُسَرِّحْكُنَّ سَرَاحًا جَمِيلًا (٢٨) وَإِن كُنتُنَّ تُرِدْنَ اللَّهَ وَرَسُولَهُ وَالدَّارَ الْآخِرَةَ فَإِنَّ اللَّهَ أَعَدَّ لِلْمُحْسِنَاتِ مِنكُنَّ أَجْرًا عَظِيمًا(٢٩) يَا نِسَاءَ النَّبِيِّ مَن يَأْتِ مِنكُنَّ بِفَاحِشَةٍ مُّبَيِّنَةٍ يُضَاعَفْ لَهَا الْعَذَابُ ضِعْفَيْنِ ۚ وَكَانَ ذَٰلِكَ عَلَى اللَّهِ يَسِيرًا ﴿٣٠﴾ وَمَن يَقْنُتْ مِنكُنَّ لِلَّهِ وَرَسُولِهِ وَتَعْمَلْ صَالِحًا نُّؤْتِهَا أَجْرَهَا مَرَّتَيْنِ وَأَعْتَدْنَا لَهَا رِزْقًا كَرِيمًا ﴿٣١﴾ يَا نِسَاءَ النَّبِيِّ لَسْتُنَّ كَأَحَدٍ مِّنَ النِّسَاءِ ۚ إِنِ اتَّقَيْتُنَّ فَلَا تَخْضَعْنَ بِالْقَوْلِ فَيَطْمَعَ الَّذِي فِي قَلْبِهِ مَرَضٌ وَقُلْنَ قَوْلًا مَّعْرُوفًا ﴿٣٢﴾
¡OH PROFETA! Di a tus compañeras: «Si deseáis esta vida y sus atractivos –pues, hacédmelo saber, que os complaceré y os dejaré ir con delicadeza; (28) pero si deseáis a Dios y a Su Mensajero, y la vida en el más allá, entonces [sabed que,] ¡ciertamente, para las que de vosotras hagan el bien, ha preparado Dios una magnífica recompensa!» (29) ¡Oh compañeras del Profeta! Quien de vosotras fuera culpable de conducta inmoral manifiesta, su castigo sería doble: pues eso, en verdad, es fácil para Dios. (30) Pero quien de vosotras siga fielmente a Dios y a Su Mensajero y obre con rectitud, le daremos su recompensa dos veces: pues habremos preparado para ella una espléndida provisión. (31) ¡Oh compañeras del Profeta! Vosotras no sois como ninguna de las [demás] mujeres, si os mantenéis [realmente] conscientes de Dios. Así pues, no seáis tan complacientes en vuestra conversación que quien tiene el corazón enfermo llegue a concebir deseo [por vosotras]: pero, no obstante, hablad con amabilidad. (32)
Las compañeras del Profeta, no son como el resto de mujeres, han elegido otro camino, uno mucho más arduo para los apetitos del cuerpo y más placentero para la sed del alma y la mente. Como dice la aleya, de querer elegir una vida normal, lo habrían hecho. Pero eligieron un camino mucho más elevado. La imagen de estas compañeras de las que habla el Corán, al igual que la imagen del Profeta del Corán, son totalmente diferentes a las imágenes que se dibujan en las biografías y relatos. Estas compañeras, al igual que el Profeta están consagradas a la misión de la revelación, no están para satisfacer apetitos sexuales de un hombre desenfrenado.
Hoy hemos arrojados este aspecto de la personalidad, pero son innumerables los relatos y hadices que describen a un profeta cuya personalidad es totalmente opuesta a la de este noble Profeta de Alcorán, y esto lo seguiremos esgrimiendo en los próximo capítulos.
Me parece un trabajo meritorio y utilísimo esta breve biografía del Profeta, Dios lo bendiga y salude, a artir de la fuente coránica. Cuando uno se nutre de las fuentes «populares», suelen quedar preguntitas o extrañezas ante mucho de lo que circula. Sin embargo, a la luz del honrado Alcorán, la imagen del bendito Profeta ya resulta más coherente y acorde con su hermosa misión ante las gentes. Y es cierto, que si repasamos los profetas ue Dios nos evoca en el honrado Alcorán siemre vemos que se mantienen a sí mismos y a los suyos, que no tienen que mendigar nada, antes al contrario, reparten, y, curiosamente también, que son monógamos, incluso cuando la mujer es estéril. Esto quizás nos aclare también algo más lo que son los profetas y su misión y aclaran algo que se repite en el honrado Alcorán, que la religión no es un oficio y que no se retribuye. Los que vienen enviados por Dios no deben nunca cobrar por ello.