El honrado Alcorán, recoge relatos sobre los profetas y mensajeros en forma de arquetipos que nos enseñan sobre la naturaleza humana, sus debilidades, sus desafíos, su potencialidad y los retos a los que enfrenta el alma. En estos relatos proféticos podemos destacar numerosas temáticas como los estados del alma, la naturaleza del poder y las problemáticas sociales arquetípicas.
En el caso del Profeta Muhammad, la paz sea con él y con los mensajeros que le precedieron, el honrado Alcorán recoge toda una serie de eventos y datos sobre el Profeta que nos permite elaborar una imagen biográfica esencial, que no sólo nos permite crear un contexto coránico completo, sino que además, nos permite discernir entre el Profeta Muhammad en Alcorán y el profeta creado después por los relatos subvencionados por el imperio Abásida a los que llamamos «La Sira del Profeta».
Al buscar entre las fuentes biográficas históricas que hablan sobre la vida del Profeta nos toparemos con innumerables obras escritas en diferentes periodos, pero el que desea ahorrar tiempo sólo ha de ir directamente a la más antigua de las fuentes, de la que toman como referencia todas las demás fuentes posteriores. Se trata de «La biografía del Profeta» de Abdelmalik Ibn Hisham que fallece el año 218 de la hégira. Ibn Hisham se basó en una obra anterior escrita por Muhammad Ibn Is-haq [80 – 151 D.H]. Dicha obra no ha sobrevivido, e Ibn Hisham reconoce que ha realizado algunas modificaciones y agregó otros eventos a la biografía original.
La obra biográfica del Profeta de Ibn Is-haq fue una iniciativa de parte del segundo emperador Abbásida, Yaafar Al-mansur, según se recoge en las obras de historia como las del Imam Albaghdadi, la de Ibn Jalkaan, entre otros. Yaafar Al-mansur quiso que Ibn Is-haq escribiera para su hijo Muhammad Al-Mahdi una obra que recogiera la historia desde que Dios creó a Adam hasta sus días. Yaafar Almansur ofreció el peso de la obra en oro, así que, ya sea tentado por la oferta del emperador o movido por el temor de las consecuencias de la desobediencia, Ibn Is-haq se puso a recoger relatos, historias y comentarios que circulaban entre la población con el fin de elaborar su libro y complacer la petición de Al-mansur.
¿Cuál es el problema con la biografía de Ibn Is-haq y la posterior de Ibn Hisham y todas las obras posteriores que tomaron de éste?
Bueno, para empezar, nada más abrir el libro, el autor presenta el árbol genealógico del Profeta Muhammad enumerando 50 antepasados hasta Ádam inclusive. Si suponemos que cada uno vivió de forma longeva una media de 90 años (sin contar a qué edad engendró cada uno) tendríamos un máximo de 4500 años, si a eso le sumamos que la edad de Noe está contada según nuestro cómputo y no según el cómputo sumerio, entonces le sumaríamos unos 900 años y tendríamos 5400 años aproximadamente. Si tenemos en cuenta que Muhammad nació sobre el 572, una pequeña resta nos sitúa aproximadamente alrededor del año 4900 antes de la era cristiana.
El problema es que, en ese periodo de la historia ya había ciudades en Iraq como Eridu y Uruk. De hecho, según los restos arqueológicos Uruk tendría entre 50.000 y 80.000 habitantes. Y eso no encaja con la visión escolástica que afirma que Ádam es el primer ser humano en la Tierra.
Tampoco sabemos de dónde sacó Ibn Is-haq los nombres de la inmensa mayoría de los supuestos antepasados de Muhammad. Pues, va a ser este el nivel de rigor y credibilidad que marcará el resto de la biografía de Ibn Is-haq.
Otro problema va a ser, ya no sólo la poca credibilidad de la que gozaba Ibn Is-haq entre sus contemporáneos, sino las acusaciones que vierten sobre él al señalarlo con calificativos como; mentiroso, tergiversador, farsante y un largo etc… Veamos algunos ejemplos:
El Imam Shams Ad-diin Adthahabi en su obra biográfica «Siar A`laam An-nubalaa‘» lo que se traduce como «las biografías de los más destacados nobles«, recoge la siguiente afirmación del Imam Malik Ibn Anas, al que se le atribuye una de las primeras obras del Hadiz, es decir, Al-muwatta‘, donde dice:
«¿Qué pasa con Ibn Is-haq? no es más que que un farsante entre farsantes. Nosotros lo expulsamos de Medina«.
En la misma obra Adthahabi narra que Hisham Ibn Urwa Ibn Azubeir, uno de los narradores de los hadices, acusó a Ibn Is-haq de mentiroso al narrar hadices atribuidos a la esposa de éste, llamada Fátima.
Estos son dos ejemplos de muchos, para no alargar esta cuestión.
Pero el gran problema, no es sólo la falta de rigor a la hora de recolectar comentarios e historietas a diestro y siniestro, o la propia credibilidad del autor puesta en cuestión por sus propios contemporáneos que gozan de más credibilidad que él entre los comentaristas y recopiladores de relatos. El gran problema es que la personalidad de Muhammad que se dibuja en estas obras biográficas escritas a partir de más de un siglo tras su fallecimiento es diametralmente diferente a la personalidad que yace en la biografía desconocida que recoge Alcorán mucho antes de que nacieran los comentaristas e historiadores. Y esto es lo que expondremos en el próximo capítulo. Una comparativa entre dos personalidades distintas, la biografía del Profeta en Alcorán frente al profeta de los relatos.
De alguien que nace 80 años después del profeta, en un mundo en el que todavía predominan las narraciones de boca a boca, que lógicamente, se «embellecen» para cautivar a la audienciay muchos más factores, esperar que una biografía que, a su vez, también esta pensada para un público, es pedir, sí señor, peras al olmo. Desde luego, mucho revelará sobre la época, pero en cuanto a lo verídico de los datos biográficos, sería pura ilusión darlos por buenos sin más. Y como esos datos biográficos muchísimas veces casan con los intereses contrarios a la fe coránica, pues miel sobre hojuelas para la cruzada anti islámica del occidente espurio. No, señor, no, la biografía más fiel esta en nuestro honrado Alcorán. ¡Qué profeta! ¡Qué hombre! ¡Qué comunidad la de todos ellos!
La Sira de Ibn Hisham contiene algunas de las calumnias más horribles contra el Mensajero de Al-lâh (saws). Haber consentido el asesinato de los Banu Qurayza, por ejemplo. Es terrible que alguien que se presenta como musulmán le atribuya actos horrendos a Muhámmad!
Me parece una excelente idea traer al conocimiento la vida de nuestro amado -muhammadun- tal como nos la cuenta el propio Revelador. En general, me temo, no se es consciente de quién era. Los detalles que nos pueda proporcionar el honrado Alcorán quedan perdidos en el mal conocimiento que tenemos muchos del propio honrado Alcorán, de hecho, por el -kufru- ambiente, quiero decir que mucho del honrado Alcorán se nos oculta debajo de todo lo que presuntamente sabemos de antemano -que verdaderamente no sabemos- y que no esperamos ver la biografía del Profeta en el honrado Alcorán y, por tanto, no la vemos. Y, sin embargo, es capital. Es capital que nos cobremos al santo, cabal, caballero, magnánimo Profeta. ¡Solo con lo que nos cuenta de profetas el honrado Alcorán tenemos tan gran tesoro…! Sería magnífico reunir estos conocimientos de la fuente coránica, la fuente de agua pura, en opúsculos de la extensión que fueran -que el tamaño no es lo importante-, y que todos pudiéramos tener una documentación fidedigna de cada uno de ellos. Y eso no más que en compensación de todo lo que se ha echado encima de las biografías de todos ellos, pero sobre todo, como es lógico, de los más destacados, hasta esconderlos, ocultarlos (kufr) a nuestro conocimiento.
¡Duro con ello!
Siendo indulgentes, podemos calificar de «Biografía creativa» la obra (ya perdida, como recuerda Hussein Labrass) de ben Išaq ben Yasar (704-767 ec), patrocinada por el tercer califa abbásida (lo señalo como tercero, pues el segundo califa fue su tío, y rival, Abdulá ben Alí) Abú Yafar «Al Mançor» (753-775 ec).
Ben Išaq ben Yasar es, por tanto, uno de los últimos de la SEXTA generación tras el profeta (los nacidos entre el 680 y 710 ec), nada más y nada menos.
Su abuelo Yasar era un liberto iraquí cristiano, cliente de la familia de Jalid ben Al Walid en Medina. ¿Importa que su padre fuera liberto? No sabemos hasta que punto estuvo condicionado por eso: su padre y sus tíos no eran sólo hijos de un liberto, sino se dedicaban a recopilar y relatar historias. El hecho es que nuestro biógrafo continuaba una profesión familiar. ¿Eso le hace más fiable, que muchos de esos relatos lo recogiera de su familia, especializada en eso?
Y otro hecho es que Medina fue, en el 762, el epicentro de la IV Fitna Califal, donde se proclamó como califa al álawi Mojámmed «An Nafs Zaquiya» contra los abbásidas, proclamación apoyada por el imam Málic ben Anas.
¿Qué quedó de la obra del ben Išaq ben Yasar? el recorte al cual le sometió su discípulo Ziyad Al Bacque’y (que no pudo aceptar tanta «creatividad propia de la ciencia ficción») y luego la revisión del discípulo de este último, Abdulmalic ben Hišam (7…..-833 ec), que siguió suprimiendo historias que no vio fundadas además de añadir más versiones, descripciones y genealogías señalando que es él, ben Hišam, quien las aporta.
Abdulmalic ben Hišam ya era de la NOVENA generación tras el profeta.