Feminismo Coránico es un término acuñado recientemente, que hace referencia a un movimiento que reivindica una lectura genuina y original del honrado Alcorán. Sólo reconoce la autoridad del texto coránico como Revelación Divina. Una lectura que no entra en un debate dicotómico con la tradición, sino que surca su propio camino entre las palabras manifiestas de la sagrada escritura, resaltando la figura sagrada de la mujer encarnada en la conciencia de las matrices. El feminismo coránico no se conforma sólo en poner de manifiesto la igualdad de derechos entre varones y mujeres, ni se trata de un discurso que busca la masculinización de la mujer, sino la sacralización de lo femenino en una relación armónica y equilibrada con su par masculino.
En este encuentro Houssain Labrass y Carmen del Río conversan sobre este concepto.
As salamu alaykum. «Feminismo coránico» no es un término reciente. Yo mismo di una conferencia en Oxford con el título ‘Qur’anic Feminism: the makers of textual meaning’. El año 2008. Esta publicada en un libro colectivo en homenaje a Amina Wadud. También lo utilizo en mi libro ‘El islam ante el siglo XXI’ (Editorial Popular 2011, p.173).
La distinción entre «feminismo islámico» y «feminismo coránico» es extraña. El feminismo islámico, obviamente, se basa en el Corán. Es algo sobre lo que lleva insistiendo hace 30 años.
La distinción solo se entiende sobre la base de la separación entre «islámico» y «coránico», lo cual me resulta extraño.
Algo común al mensaje del Corán y al feminismo es su dimensión política y social. De ahí la importancia de la cooperación entre exegetas y activistas.
Cualquier interpretación del Corán tiene implicaciones en diversos planos. Si olvidamos esto olvidamos el carácter holístico de la revelación. El Corán fue revelado para incidir en la vida de las gentes. Y la vida de las gentes esta supeditada a una dimensión jurídica, política, teológica, económica, etcétera. Por eso el feminismo islámico implica un retorno al Corán para activar sus potencialidades de liberación, aquí y ahora. Lo cual implica, inevitablemente, enfrentarse a una tradición cosificada. Este es el paradigma profético.
Esto es algo obvio. Cuando Carmen dice que el Corán no menciona la poligamia se está enfrentando, por activa o por pasiva, a una tradición cosificada en leyes e interpretaciones dominantes. Está entrando en el debate jurídico.
Saludos y gracias por esta interesante charla.
Gracias Abdennur por tus puntualizaciones. Por supuesto, entiendo, todo feminismo coránico es islámico y todo feminismo islámico debiera ser coránico. Ceo que no se trata aquí, en cualquier caso por mi parte y creo que por la de otras personas que sientan lo mismo, de establecer diferencias de fondo, más bien de ir lo más al grano posible.
Hablas de lo del debate jurídico. Yo no sé si es jurídico estrictamente, aunque derive luego en leyes, o si es también una cuestión de fondo. Por ejemplo lo de la poligamia que glosas. Cualquier cosa que exista en una sociedad estructurada hasta cierto punto puede terminar legislándose si las condiciones de esa sociedad lo exigen, pero en última instancia no es una cuestión jurídica, lo que tu mismo reconoces cuando dices «dice que el Corán no menciona la poligamia se está enfrentando, por activa o por pasiva, a una tradición cosificada en leyes e interpretaciones dominantes», es decir la necesidad de legislar surge cuando algo en el funcionamiento social pone en contradicción distintas cosas y es preciso zanjar cuál de ellas ha de primar cómo y cuando. Si se ha visto necesario legislar la poligamia es porque ha habido conflicto en relación con ella, bien sea por abusar de ella, bien por restringirla sin justificación. Pero antes que cualquier legislación es el uso. Si un uso determinado no da lugar a conflicto nadie va a exigir leyes. A lo que voy y creo que vamos cuando nos remitimos primariamente y fundamentalmente al honrado Alcorán, independientemente de las leyes que rijan o hayan regido en cualquier lugar en cualquier tiempo, es a que los principios deben ser lo primero que este claro y lo primero que debe asumirse y observarse antes de cualquier otra cosa y que, si los principios se entienden y se hacen propios, eso es lo principal y lo que da salud a las sociedades. De ese estado de salud derivaran las leyes que lleguen a legislarse porque exista la necesidad y que habrán también de promover ese estado de salud general de la sociedad.
Y por supuesto, sí, siempre se vive en el propio tiempo, creo que digo eso en alguna parte del diálogo y aunque no lo dijese no ofrece duda, y eso va a pesar, naturalmente, en las conclusiones que se saquen del texto coránico, porque nadie llega a él virgen, pero también se ahorra mucha confusión y extravío yendo a él directamente y guiándose primero y sobre todo por él, sin ignorar después por otra parte cualquier otra cosa que nos aporte luz en cualquier asunto que se trate. Y hay muchas cosas que se ponen sobre el tapete muchas veces que no solo no aportan luz sino que más bien embarran las cuestiones y, por supuesto esto no lo digo refiriéndome a ninguna mujer ni varón que ha dedicado su vida y esfuerzos a eso que nos manda el honrado Alcorán que es a instaurar la justicia y la verdad, ya sea en el feminismo islámico, coránico yo cualquier otra vertiente. Todas esas personas se merecen todo el agradecimiento y el reconocimiento que se les tenga. De ahí venimos los demás, de una labor, que creo que siempre ha existido, pero con ejemplos-permítaseme la redundancia- ejemplares en nuestra era moderna. No se trata de mirar atrás para sacar faltas, sino de seguir adelante por ese camino abierto por quienes nos han precedido con enorme esfuerzo y autoridad.
Magnífico, Carmen, un fuerte abrazo y mi agradecimiento por tu esfuerzo de lectura del Corán.
Gracias a ti Abdennur. En esas estamos en seguir or el buen camino y Dios nos dé fuerza y luz.